La perennidad
LISI, es una empresa familiar desde hace más de 200 años que siempre ha intentado adaptarse a las evoluciones de su época. Tenemos sumo interés de proseguir la obra de generaciones de mujeres y hombres que hicieron de LISI una empresa internacional, perenne y de grandes rendimientos.
Conscientes de nuestro impacto en la sociedad y el medio ambiente, nos centramos en el largo plazo y reducimos nuestra huella medioambiental en nuestras instalaciones de acuerdo con nuestro plan estratégico de desarrollo.
La integridad y la transparencia
Actuamos, en todo lo que hacemos, con honestidad, conciencia, franqueza y respeto de las reglamentaciones. Esperamos de nuestros colaboradores y nuestros socios un comportamiento ejemplar.
Creamos relaciones transparentes y duraderas con nuestros clientes y nuestros proveedores, y comunicamos regularmente sobre nuestros compromisos y nuestros resultados.
La innovación
Anticipamos los cambios y riesgos asociados a nuestros oficios para ofrecer las mejores soluciones a nuestras partes involucradas. La innovación se nutre de tecnología y creatividad. Diseñamos productos y servicios respetuosos del medio ambiente teniendo en cuenta el conjunto de su ciclo de vida.
El ser humano es el punto central de nuestro desarrollo
Las mujeres y los hombres de LISI son nuestro capital más valioso. Nos aseguramos de promover y desarrollar sus competencias. Protegemos su salud, seguridad y bienestar. Aplicamos una política de no discriminación y de diversidad en todas las etapas de gestión de los recursos humanos.
La excelencia industrial y pragmatismo
Nos esforzamos por ofrecer productos y servicios competitivos y de calidad que cumplan con los más altos estándares, y la excelencia que esperan de nosotros nuestras partes involucradas. Evaluamos continuamente nuestro rendimiento e intentamos mejorarlo continuamente. La satisfacción de nuestros clientes es la principal garantía de nuestra perennidad. Estamos comprometidos de manera individual y colectiva, con un estado de ánimo positivo y un sentido de trabajo bien hecho. Nuestras acciones tienen por objeto ser prácticas y concretas.